El deseo de ser madre, de tener y cuidar de los hijos, llega
a casi todas las mujeres, pero la decisión depende mucho de la realidad y de
los valores de cada una de ellas. La decisión de ser madre no debe
transformarse en una obsesión ni tampoco en una circunstancia sin
consecuencias. El tener un hijo es una responsabilidad y un compromiso, una
decisión que debe ser meditada con tranquilidad, confianza y sinceridad.
Esta es una cuestión que circula por la cabeza de muchas
mujeres en algún momento de sus vidas. El deseo de ser madre, de tener y cuidar
de los hijos, llega a casi todas las mujeres, pero la decisión depende mucho de
la realidad y de los valores de cada una de ellas. Algunas no dudan, lo tiene
clarísimo; otras lo quieren pero se sienten inseguras, no preparadas; y otras,
aunque lo deseen tanto cuanto las demás, no encuentra o no dispone de un hueco
en su vida para tener un hijo. En todo caso, la decisión de ser madre no debe
transformarse en una obsesión ni tampoco en una circunstancia sin consecuencias.
El tener un hijo es una responsabilidad y un compromiso, una decisión que debe
ser meditada con tranquilidad, confianza y sinceridad.
Qué es necesario para ser madre
La experiencia de cada mujer, de cada madre, es única,
personal, e incomparable. Una madre con o sin pareja, biológica o adoptiva,
será siempre una madre, sin diferencias. La discrepancia residirá en la forma
de cómo recibes cada hijo, como lo eduques o lo cuides. No obstante, existen
algunos factores que deben considerar las mujeres que están deseando ser
madres.
- Es aconsejable que tengas una pareja con quien compartir
el embarazo, la educación y los cuidados del bebé.
- Es importante para un bebé el tener una mamá y un papá.
Una madre soltera puede perfectamente encargarse de un bebé, pero si tiene la
complicidad y el compañerismo de una pareja, mejor.
- Es importante estar muy bien informada sobre los gastos
que supone el tener un bebé. Es recomendable que tengas algo de ahorro para que
pueda hacer frente a los gastos que se disparan principalmente en los últimos
meses del embarazo, y durante la preparación para la llegada del bebé. Es
necesario planificar económicamente el embarazo.
- Es aconsejable que no concibas un bebé si estás viviendo
un momento de tensión provocado por alguna enfermedad, o una separación de
pareja, o una crisis en el trabajo. Algunas mujeres piensan que un embarazo
puede solucionar algunos problemas, sin embargo están equivocadas. Sólo sería
un problema a más. Aléjate de los estados de tensión porque pueden repercutir
negativamente en tu estado de ánimo, pudiendo llevarte a estados de ansiedad y
depresión.
- Es necesaria una mentalización sobre todo lo que pueda
pasar durante un embarazo. Es necesario estar preparada y utilizar la ilusión
para que las molestias propias del embarazo no la desanimes ni la hagas estar
quejando a todo momento. El embarazo NO es una enfermedad.
- Busque mantener pensamientos positivos en cuanto al
embarazo. Aléjate de las ideas preconcebidas y de las quejas tan obsesivas.
Equilibra las emociones y céntrate en cada momento de una forma positiva.
- Oír la experiencia de otras madres, de las abuelas, por
ejemplo, es muy recomendable. Sin embargo, recuerda que cada familia es
distinta y no siempre se debe seguir los consejos. Lo mejor es dejarte orientar
por ti misma o por el obstetra.
- Cuando una mujer está convencida de que quiere ser madre
no siempre lo consigue a la primera tentativa. En este caso, no debes dejar que
la inseguridad te invada. Ten paciencia. Todo llega cuando tenga que llegar. No
te desesperes jamás.
- Es importante que aclares todas tus dudas en cuanto a
quedarte embarazada con el médico. Fertilidad, edad, riesgos, alimentación,
salud, etc. Que no te escape ninguna cuestión. Así te sentirás más segura. Si
deseas tener un hijo no acumules dudas.
