Recuerdo que en una ocasión estuvimos con un grupo
de amigos y amigas, uno de los restaurantes más solicitados de la ciudad en ese momento.
Era famoso por la belleza en que se presentaban los platos y su atmósfera llena
de lujo y luces. Cuando el momento de servir nuestra comida llegó, sin lugar a
dudas la presentación de los platos era un deleite para nuestros ojos. Pero al momento
de probar nuestra comida, ¡horror! El sabor no enriquecía ni cerraba con broche
de oro, aquella magnífica presentación. Realmente nos sentimos muy
decepcionadas y confundidas, pues aquel restaurante no era lo que esperábamos.
Esta pequeña anécdota puede ilustrar lo que significa ver a
una mujer con ropa linda, maquillaje perfecto y caminado agraciado, pero que a
la hora de relacionarse con los demás, te confunde ante la ausencia de lo
esencial; lo que te hace distinguirte y expresa al máximo tu feminidad son los
buenos modales.
La dignidad
Cuando como mujer, desde muy pequeña se te enseña que cada
otro ser humano, por el hecho de serlo, tiene una condición diferente a la del
resto de la creación, estás más capacitada y más abierta a provocar encuentros
enriquecedores con los demás y desarrollar la cultura de los Buenos modales en
ti. Cada persona posee el sello de lo divino, de lo delicado, de lo tierno de
su creación. ¿Qué tiene el recién nacido que nos hace inevitablemente volver la
cabeza hasta poder contemplarlo? ¿Qué es "eso" que nos atrae
poderosamente como un imán? Este recién nacido, viene al mundo desde lo más
sagrado en una mujer, ha salido de la misma luz de lo divino, a la luz de lo
terreno.
Ese Nuevo ser humano hombre o mujer, como en ninguna otra
etapa de la vida y sin palabras, sólo con su sola presencia, nos enseña y nos
hace comprender lo que es la dignidad (aquello que esta dotado de una categoría
superior) Esa dignidad nos provoca tratarlo con delicadeza, especial cuidado, y
transmitir a través de tus palabras lo mejor de tus sentimientos.
¿Qué son los Buenos Modales?
Los Buenos modales son la expresión de lo mejor que cada uno
tiene en su corazón para dar a los otros. ¿Bondad o egoísmo? No es simple
romanticismo o cursilería. Los buenos modales verdaderamente expresan el nivel
de conciencia que tenemos hacia la dignidad de los demás.
- Es por esto que es importante
- Aprender a sonreír, independientemente de tu temperamento.
- Tener el hábito de saludar, independientemente de tu posición en la empresa.
- Vigilar el tono de tus palabras para no ofender al otro.
- Ser consciente del daño que hacen las malas palabras.
- Ser conscientes de que los gritos deben evitarse al comunicarse con la pareja y los hijos.
- Cuando hay necesidad de llamar la atención o discutir es necesario recordar que queremos integrar no desintegrar.
- Ser consciente que las carcajadas en una mujer la hacen parecer vulgar. Se puede reír con muchas ganas sin necesidad de hacer escándalo.
- Saber comportarse al tomar los alimentos.
Cuando una mujer decide desarrollar y perfeccionar la
cultura de los buenos modales para enriquecer su personalidad y así enriquecer
a los otros, está trabajando en todas las áreas de su vida.
Los Buenos Modales en la dimensión física
Porque estarás preocupada por aprender e ir en la búsqueda
de un estilo personal tuyo que abarcará las piezas de tu guardarropa,
maquillaje y peinado. Ese estilo tiene que expresar la verdadera tú, tus
valores, así como tus ambiciones profesionales.
Los Buenos Modales en la dimensión humana
Cuando, por ejemplo, nos decidimos a tomar unas clases de
etiqueta para aprender el uso y manejo de los cubiertos, estarás aumentando la
confianza en ti misma ya que ante el conocimiento de lo que es correcto y de lo
que es incorrecto, te manejaras con mayor soltura. Aprender a poner una mesa,
así como tener el conocimiento básico de los principales vinos y bebidas es
importante independientemente de tu posición social.
Los Buenos Modales en la dimensión espiritual
No es lo mismo saludar con la alegría de saber que vas a un
encuentro con otros, a saludar por que es una costumbre. La verdadera relación
con los otros se construye desde las potencias espirituales y requiere de un
esfuerzo interior para hacer de un saludo simple, aparentemente, una canción de
bienvenida para los otros.
Esto requiere, que haya en efecto reservas, combustible,
abono. Me refiero a que la vida interior, añade un velo especial al alma de una
mujer. Te hace más sensible, más cálida, más humana. El corazón se vuelve
frondoso, y ansioso por crear nuevas formas de relacionarse con los otros. La
vida interior te va revelando a donde necesitas mejorar humanamente y te
capacita para tener un espíritu abierto y generoso el cual es el terreno
abonado donde pueden arraigar las buenas costumbres.
Querida amiga, no pase por alto la cultura de los buenos
modales. La mujer de nuestros días necesita ser de Nuevo protagonista en este
aspecto. Como mujeres tenemos el deber de sembrar sentimientos delicados en los
corazones de aquellos que son nuestros hijos. Hay que enseñarles el respeto
hacia sus semejantes, hacia los niños de su misma edad y hacia los mayores.
Como profesionales, tenemos el deber de convertirnos en mujeres ejemplares,
delicadas pero seguras; firmes pero amables; dar órdenes sin humillar a nadie.
Debes tener en mente siempre que las relaciones con los demás requieren
espíritu de observación, de atención y "tacto", es decir valorar
prudentemente todos los factores y la personalidad de cada uno.
Por último, un consejo que no estará de más. Los buenos
modales se demuestran en gestos, igual que en palabras y hechos. Su distintivo
es la sonrisa. El poeta Horacio lo decía: "Nada impide decir la verdad
sonriendo". Piénsalo.