Infidelidad y el uso oculto
de las redes sociales
Con la llegada de Facebook, Twitter y otros portales todo ha
evolucionado. Incluso "el arte del engaño", algo que puede ir
deteriorando matrimonios o noviazgos.
La infidelidad es un problema complejo que los seres humanos
enfrentan en sus relaciones sentimentales. Pero, con la masificación de
Internet en dispositivos móviles y de escritorio para muchas parejas se ha
vuelto difícil identificar con precisión y claridad las motivaciones de un
engaño y las posibles consecuencias para la vida emocional de los individuos.
En este sentido, muchos psicólogos y terapeutas emocionales
se preguntan con qué se enfrentan las personas cuando, a través de redes
sociales como Facebook y Twitter, entablan lazos que van más allá de la simple
amistad e incluso se concretizan encuentros sexuales reales o virtuales.
Los casos son muchos. Por ejemplo, en Estados Unidos, el 20
por ciento de los divorcios tienen como prueba Facebook, según un reciente
estudio de la Asociación
de Abogados Matrimoniales de dicho país.
Incluso existen sitios como Facebookcheating.com donde se
recogen decenas de historias enviadas por víctimas de infidelidades ocurridas
en la más famosa de las redes sociales.
Uno de los testimonios, de alguien que se identifica como
"zdbz", afirma que luego de 19 años de matrimonio, una noche encontró
a su esposa dormida y junto a ella la computadora encendida.
Cuando iba a apagarla se dio cuenta que muchas ventanas
emitían alertas, las abrió y aparecían fotos de ella, desnuda y mensajes
comprometedores. Había estado teniendo sexo en línea con uno de sus exnovios.
Además, son una muestra clara y evidente de como las redes
sociales se convierten en un amplio catálogo de personas donde se pueden
encontrar personas con más identificación, coincidencia de proyectos o,
simplemente, diferente atractivo físico o condición económica en comparación
con la pareja actual.
Así, los especialistas y psicologos creen que las redes sociales eliminan la
mayoría de las dificultades tradicionales asociadas con la infidelidad porque
de entrada los amantes pueden estar en constante trato sin tener que alejarse
de sus actividades cotidianas o personas cercanas.
"La infidelidad tradicional y virtual es un mal que
afecta a la persona en toda su dimensión, le genera estrés, incomodidad y poco
a poco va hundiendo a su familia en una vorágine incontrolable. He ahí donde
las herramientas de Internet disfrazan una situación de esa naturaleza, más
allá de que los daños sean los mismos", sintetizó Guttfreund. ( Psicólogo )
Bajo esta idea, es necesario indagar el porque se produce la
infidelidad electrónica. Tradicionalmente, los romances extramaritales eran
justificados con graves problemas de pareja, la falta de enamoramiento y
atracción por su pareja y la más radical, por venganza.
No obstante, para los Sexólogos y Psicólogos, hoy en día hay nuevas razones
con la que los "galanes electrónicos" sostienen su comportamiento.
Las principales son por diversión (lograr escapar del círculo social común),
mejorar la autoestima (probando las capacidades de seducción y conquista) y
para liberarse de estrés (sin correr el riesgo de ser encontrados).
"Hay personas que caen en infidelidad incluso por el
morbo y la curiosidad que crea la presión social, una excusa poco plausible. En
mi caso, por experiencia profesional, puedo afirmar que una relación
electrónica de coqueteo o intimidad emocional que se tenga con una persona que
no sea la pareja es una infidelidad a todas luces", según Sexólogos y Psicólogos.
Lo anterior está fundamentado en varios aspectos. En
Facebook (o bajo otro medio de comunicación no real) hay un intercambio que va
más allá de los simples pensamientos para dar paso a la expresión sentimientos
y problemas matrimoniales o de noviazgo, lo que hace más factible "tener
sexo" cibernético o hasta real.
"Los vínculos virtuales fácilmente pueden pasar a la
realidad, la carga emotiva pesa mucho , aunado a la curiosidad de experimentar
algo que va más allá de las convenciones sociales", valoró Guttfreund.
De esta forma la relación electrónica comenzará a crear
dudas, incertidumbre, inquietud y hasta sufrimiento en la pareja y se irán
construyendo percepciones de traición o deslealtad.
Guttfreund explicó que conoce casos de personas que han
creado cuentas en Facebook con identidad ajena para averiguar como reacciona su
esposo o esposa al interés de coqueteo.
"Para evitar esto muchas personas comparten hasta sus
contraseñas de redes sociales, pero esto crea una falsa sensación de confianza
que puede ir desgastando poco a poco la relación", acotó.
A la caza de los infieles
En la mayoría de países, no solo se
puede sorprender al infiel por mensajes de texto al celular o correos
electrónicos enviados por equivocación.
Aunque es ilegal hackear una computadora para descubrir una
villanía, en el mercado hay programas que son accesibles para las parejas
suspicaces, conocidos como Nannyware, creados además para vigilar a menores de
edad en la web.
El software, que se ejecuta en un segundo plano, sin que el
usuario del computador lo note, captura imágenes desde que inicia el sistema
operativo, algo que ha servido de prueba, sobre todo en Estados Unidos.
Igualmente, con el auge de aplicaciones de localización para
redes sociales pueden hacerle pasar un mal rato a los infieles, ya que estas
publican un mapa de donde y con quién se encuentran.
Para evitar todas estas coyunturas adversas, Dina Semsch,
psicóloga y terapeuta matrimonial , aconseja poner al centro de la relación la
confianza y la comunicación permanente, ya que la infidelidad derriba la
credibilidad que se construyó desde el noviazgo.
"El alcance de una condición engañosa hace que la
pareja dude de todo, su ser amado se transforma en un desconocido",
resumió la profesional.
Semsch consideró de que hay un proceso social donde,
lamentablemente, el hombre no sufre la estigmatización como la mujer por culpa
del engaño y que en las redes sociales las inseguridades "se
minimizan" para lograr alcanzar diferentes propósitos.
"Mi consejo es no caer en la monotonía y cubrir las
necesidades sexuales, sociales y afectivas, algo que solo se logra con una
intimidad plena y con espacios y tiempos compartidos de calidad y
calidez", puntualizó.
La privacidad virtual es algo que, sin duda, como las
parejas contemporáneas deben evaluar, siempre.