jueves, 3 de mayo de 2012


Ayudar a los adolescentes con estrés

           

Los adolescentes, al igual que los adultos, pueden experimentar estrés todos los días y, al igual que ellos, también pueden beneficiarse si aprenden algunas técnicas para manejar el estrés. La mayoría de los adolescentes experimentan más estrés cuando perciben una situación como peligrosa, difícil o dolorosa y no tienen los recursos necesarios para enfrentarla o abordarla.

Algunas de las fuentes de estrés para los adolescentes son:

    Las demandas y frustraciones de la escuela.

    Los pensamientos y sentimientos negativos sobre sí mismos.

    Los cambios en su cuerpo.

    Los problemas con los amigos.

    Vivir en un ambiente/barrio poco seguro.

    La separación o divorcio de sus padres.

    Una enfermedad crónica o problemas severos en la familia.

    La muerte de un ser querido.

    Mudarse de casa o cambiar de escuela.

    Llevar a cabo demasiadas actividades o tener unas expectativas demasiado altas.

    Los problemas financieros de la familia.



Algunos adolescentes se sobrecargan con el estrés. Cuando esto sucede, el estrés puede llevar a la ansiedad, al retraimiento, a la agresión o las enfermedades físicas, así como a la búsqueda de alternativas equivocadas para luchar contra el estrés como el uso de las drogas y/o del alcohol.

Cuando se percibe una situación difícil o penosa, se dan una serie de cambios en nuestra mente y nuestro cuerpo que nos preparan para responder ante el peligro. Responder peleando, escapando o quedándose quieto comporta el aumento de los latidos del corazón, de la velocidad de la respiración, de la cantidad de sangre que fluye hacia los músculos de los brazos y las piernas, enfriamiento y sudación de manos y pies, y sentimientos de terror y pavor.

El mismo mecanismo que provoca el estrés, puede utilizarse para lo contrario. Tan pronto decidimos que una situación ya no es peligrosa, se dan cambios en nuestro cuerpo y mente que nos ayudan a relajarnos y calmarnos. Esta "respuesta relajante" incluye la disminución de los latidos del corazón, de la velocidad de la respiración y una sensación de bienestar. Los adolescentes que aprenden a desarrollar y controlar esta "respuesta relajante" y otras técnicas para manejar el estrés se sienten menos indefensos y tienen más alternativas para responder al estrés.

Los padres pueden ayudar a sus hijos con estrés de la siguiente manera:

    Escuchar cuidadosamente a los adolescentes y estar pendientes de que no se sobrecarguen.

    Aprender y modelar las técnicas para combatir el estrés.

    Motivar la participación en deportes y otras actividades sociales.

Los adolescentes pueden disminuir el estrés a través de las siguientes técnicas:

    Hacer ejercicio y comer con regularidad.

    Evitar el exceso de cafeína, ya que aumenta la sensación de ansiedad y agitación.

    Evitar el uso de drogas ilegales, alcohol y tabaco.

    Aprender ejercicios de relajación (respiración abdominal y técnicas de relajación de los músculos).

    Aprender a expresar los sentimientos de manera cortés y firme sin ser agresivos ni pasivos: ("No me gusta que me grites" o "Por favor, deja de gritar").

    Ensayar y practicar las situaciones que provocan estrés. Por ejemplo: si hablar delante de toda la clase te provoca ansiedad, quizás sería bueno hacer alguna clase de oratoria.

    Aprender técnicas prácticas para enfrentarse a las situaciones temidas. Por ejemplo, dividir una tarea muy grande en pequeñas tareas que sean más fáciles de realizar.


    Disminuir la tendencia a hablarse a uno mismo de manera negativa. Retar a los pensamientos negativos sobre uno mismo con pensamientos neutrales o positivos. "Mi vida nunca será mejor" se puede transformar en "Quizás ahora me siento desesperado, pero mi vida mejorará si trabajo un poco y consigo alguna ayuda".

    Aprender a sentirse bien haciendo un trabajo competente o "suficientemente bueno" sin necesidad de llegar a la perfección.

    Tomar un descanso en las situaciones que provocan estrés. Escuchar música, hablar con un amigo, dibujar, escribir o pasear un rato pueden reducir el estrés.

    Intentar rodearte de los amigos que puedan ayudarte a superar las situaciones de manera positiva.

Gracias al uso de éstas y otras técnicas, los adolescentes pueden comenzar a controlar el estrés.

Si un adolescente habla o muestra indicios de que está demasiado tenso o ansioso, consulta con un psiquiatra de niños y adolescentes o con un profesional de la salud mental capacitado. Puede ser de gran ayuda.

La American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP) representa a 6.500 psiquiatras de niños y adolescentes (psiquiatras infantiles) con cinco años como mínimo de experiencia en psiquiatría general y psiquiatría infantil.


AACAP American Academy of Child and Adolescent Psychiatry